Las torrijas o “Croquetes de Santa Teresa” como le llaman por aquí, son quizá uno de los postres más antiguos que tradicionalmente se hacían para aprovechar el pan seco. Las he probado de muchísimas formas: con miel, vino, con leche -azúcar y canela (las tradicionales) o bien como las hacía mi abuela materna, con crema pastelera por encima y con azúcar quemado.
En cuanto al pan lo mejor es hacerlo con un pan que tenga mucha miga. Mi abuela (que tiene 96 años y las ha preparado durante años) siempre me ha dicho que el perfecto para hacerlas es el “llonguet”. La verdad es que este tipo de pan no creo que tenga traducción al castellano, y nos valdrá cualquier pan de hogaza que nos haya sobrado del día anterior.
Hay un restaurante en Barcelona que se llama “Paco Meralgo” donde las preparan extraordinariamente buenas. Se deshacen en la boca y están al punto de dulce. Nunca he sabido el secreto de su receta, pero creo que por su melosidad, en vez de remojar el pan con la leche, lo hacen con una crema pastelera ligera, más líquida de lo normal. Así que es lo que he intentado preparar esta vez.
INGREDIENTES:
* 1 barra de pan (llonguet)
* Aceite de oliva
* 1 huevo batido para freírlas
* Azúcar moreno para rebozar
* Canela molida
Para la crema en THX:
* 500 cl de leche
* 2 huevos
* 100 gr de azúcar moreno
* Cascara de limón
* Rama de canela
* pizca harina / maizena
ELABORACIÓN:
Cortamos el pan en rebanadas de más de un centímetro.
Calentamos la leche en el vaso de la TH (90º, velocidad 1, 10 min.), junto con una rama de canela y una cáscara de limón, (también se puede utilizar un vaina de vainilla o esencia de vainilla). Una vez aromatizado, se retira la canela y se añaden los huevos y el azúcar. Si se preparara una crema tradicional se le añadiría maizena en este punto, pero como la intención es que quede líquida para poder remojar bien las rebanadas de pan, pues sólo le puse una pizca. Se mezcla bien a velocidad 3 -4 y luego se programan unos 10 minutos más a la misma temperatura.
Se deja templar la crema y se bañan bien las rebanadas de pan con la mezcla. Una vez bien remojadas (hasta que estén blandas pero no se rompan al cogerlas) las pasamos por huevo batido y las freímos aceite de oliva bien caliente. Una vez fritas, las escurrimos bien y las ponemos en papel de cocina para quitar el excedente de aceite.
Las rebozamos seguidamente con abundante azúcar y canela. La próxima vez en honor a mi abuela, voy a prepararlas de forma tradicional pero con la crema catalana quemada por encima!
